Con cierto retraso, cada vez es más difícil relatar novedades, comienzo una nueva entrada con título de bolero.
Antes de pasar a explicar el título de esta entrada, haré un breve repaso a algunos acontecimientos anteriores.
A la salida de mi anterior rotación, acompañado de Cristóbal (ultimamente inseparables en los viajes) fuimos a visitar el Lago Atlitan
El lago está rodeado por tres volcanes, y en los pueblos de su entorno viven los cakchiqueles, otra etnia maya.
La mayoría de la gente vive del turismo y de la pesca, aunque desgraciadamente el lago tiene unos niveles de contaminación altísimos. Los pueblos que se asientan en sus orillas tienen todos nombres de santos (San Pedro, Santa Catarina, San José) y solo se puede acceder a ellos en barca
Al día siguiente ya en la capital, como teníamos toda la mañana hasta coger el avión, hicimos turismo urbano por la ciudad. La verdad es que, como el resto del país que conozco, da la sensación de estar sin terminar. El centro con restos de arquitectura colonial, solo mantiene las fachadas, el interior se ha derribado y lo han convertido en parqueos (aparcamientos). Una extraña sensación.
Ya de regreso a Guatemala, y como habíamos recibido equipación oficial de la empresa, decidimos concertar otro partido de fútbol con nuestro verdugo habitual, Visiquichum.
La verdad es que nos costó encontrar efectivos, entre las ausencias y las bajas. Finalmente, con varias incorporaciones locales y con un portero de hockey, que no sabe usar las manos (es el de la gorra rosa, Gorka, nuestro jefe de seguridad y salud). Bien, resumiendo, todo parecía que iba bien. Empezamos marcando, jugando al toque, bien, vamos, pero en la segunda parte un bajón físico (la mitad del equipo venía o estaba padeciendo "higueritis", que viene a ser diarrea pero la llamamos así en honor a Higuera, que fue de los primeros en enfermar) de nuevo nos llevó a la derrota, pero está vez con mucha dignidad. Al menos l@s niñ@s se ríen mucho con nosotros.
Días antes, habíamos llegado (Barea, Beatriz, Higuera y un servidor ) a la aldea cual titiriteros con nuestro cine móvil.
Barea llevaba mucho tiempo diciéndome que teníamos que hacer cine para l@s niññ@s en las aldeas, y finalmente lo hicimos. Nos costó un poco decidir el tipo de película. Barea quería de Disney, yo que Disney, no. Finalmente, y gracias a Higuera que apoyó mi propuesta proyectamos Kiriku y la bruja.
La verdad es que fue impresionante ver la cara de l@s niñ@s, que en su mayoría no había ido al cine nunca.
Al final, la mitad de la aldea estaba viendo la película.
Y llega el momento de explicar el título de esta entrada; Ausencias.
El proyecto enfila su recta final y empieza a haber gente que se marcha.
Desde que llegué ha habido gente que ha entrado y salido del proyecto, pero estas "ausencias", digamos que son especiales, han dejado huella en mí. En fin no me pondré muy tierno.
La primera mi estimada licenciada, Gloria.
Gloria me enseñó tantas cosas sobre este país, su país que solo puedo darle las gracias, por su sonrisa, su ánimo, su paciencia, sus ganas de luchar por las mujeres indígenas, por todo. Gracias Gloria.
En segundo lugar, "Piedritas", mi piedritas, mi fotográfo preferido. Este blog será diferente sin tus aportaciones gráficas.
Y por último, el espírtu bullanguero del proyecto, nuestro Cocodes de festejos y celebraciones, el promotor de tantas cosas....
Barea...
Como decía ha pasado mucha gente, pero estos tres son especiales, y solo puedo deciros, utilizando una estrofa de un poema de Machado, que "... estareís conmigo mientras mi cuerpo de sombra y a mi sandalia le quede arena...".
Buen viaje, amig@s y espero que nos volvamos a encontrar.
Salud y libertad.